Si de momento no publico y tampoco os visito no es porque no lo desee, sino porque estoy enfrascado en un proyecto complicado pero muy interesante. Trato de sacar un nuevo libro a la luz. Y, por ahora, no sé si más adelante, el trabajo exige toda mi atención. Con esto quiero decir que me está costando bastante arrancar, y todavía no sé cuanto tiempo me llevará. Desde luego, me propongo acabarlo dentro de un plazo, más o menos, razonable. Os mantendré informados.
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Me acomodo
en la butaca, frente al ordenador. Entro en youtube y la busco. Está ahí, alta
delgada y preciosa. Envidio y adoro su éxito.
Y su voz...
acaricia mi sien y me cautiva. Está ahí, vestida de negro, sus melodías
idílicas y su mirada extraviada en un lugar indefinible. Un espacio invisible
nos distancia y separa. Su voz, eterna, hurga en mi cerebro, remueve mis
emociones y las moldea en partículas inmaduras. Juega conmigo, me hace suyo, me
libera, se sincera por mí y para mí. La deseo, quiero que comprenda, oiga,
mire... Una mirada suya y me consumiría...
Nunca
aprendí su idioma pero la entiendo, sé lo que dice y como... Sé a quién o qué
se refiere. Es la clase de hechizo que anhelé cuando las ilusiones vagaban en
mí...
La admiro
desde la butaca. No estoy solo. Mi blog, mi perra, los sueños, la vida... Hay
vida dentro de mí. Qué más quiero, ¿qué necesito? A ella. Su voz, sus gestos,
sus ilusiones junto a las mías...
Su voz...
Emerge de la
nada, se alza, y alcanza cimas desconocidas. Tiemblo... no es miedo, sino
placer, energía vital y belleza; intensidad, sed de vivir alimentándome de un
deseo glorioso, inalcanzable, acariciando mis neuronas. Y ella. Está ahí, alta
delgada y preciosa... Envidio y adoro su éxito. La quiero, sé que es así...
Un detalle
me entristece y me hace ser diferente, me ayuda a seguir adelante. Ella nunca
llegará a saberlo. El día en que amé su voz, su imagen e incluso, la idolatré.
Entonces
ella fue religión, único dios...
José
Fernández del Vallado. Josef, diciembre 2011.
Nubes blancas de algodón condensado se
acolchan unas sobre otras en el cielo y presagian lo que sin duda será un día
espléndido de finales de verano. Salgo
del tantas veces vilipendiado Palm Beach figurando dirigir la proa de mi embarcación
hacia donde siempre mantuve mi sueños: La Habana.
Si deseáis ver más detalles, clikar en los enlaces a color. Invitado por la Società Geográfica Italiana,
me desplacé a Roma para exponer mis teorías sobre la “Tectónica de Placas.” Me
llamo Raúl y soy catedrático en geografía. Durante los primeros días todo se
desarrolló con equilibrio. Roma es un lugar apasionante y una gran exposición
de monumentos.
Necesito unos zapatos nuevos. Adecuados, útiles,
resistentes. ¿Dónde encontrarlos? Una palabra habitual alumbra de pronto mi sentido:
El corte Inglés. ¿Chocante que se me haya ocurrido? No. Es ya una facultad
implantada que los peninsulares almacenamos en nuestros cerebros.
Hace unos días, en un arcón del trastero de
casa, mi madre redescubrió unos negativos arrinconados por el inexorable paso
del tiempo. Se los entregó a mi hermana y su marido, disponen de un buen escáner.
En el Lago de Fuego
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Recorrida la mitad de su vida, Tariq Alhamar seguía transitando en un mundo
de incierta fortuna y adversa soledad.
Sentado delante de sus escuálidas...